martes, 4 de septiembre de 2007

ESTANDO CLARITA UN DÍA

Estando Clarita un día
bordando puños de seda
ha pasado un caballero
por alta Sierra Monera.

Y ha salido a preguntarle
que si viene de la guerra.
Sí señora de allí vengo,
¿tiene usted alguien quien le duela?

Tengo allí mi maridito
que tres años lleva en ella.
Deme usted las señas de él
por si yo lo conociera.

Mi maridito es alto y rubio,
de Caballería era.
Ese hombre que usted dice
en la tierra muerto queda
y yo le estuve alumbrando
para que testamento hiciera.

Y en el testamento dice
que me case con su prenda.
Eso sí que yo no haría,
eso sí que yo no hiciera.

Tres años lo he estao esperando
y otros tres lo esperaré
y si a los seis no viniera
a monja me he de meter.

Y estas dos hijas que tengo
también las colocaré,
una le daré a mis padres
pa que me la hagan mujer
y la otra más pequeña
conmigo la he de meter.

Dame una jarra de agua
porque tengo mucha sed,
no tengo jarro ni jarra
ni jarrito en qué beber,
que el jarrito que tenía
me lo quebraron ayer.

Abre tus ojos Clarita
y con ellos mírame
y el del caballito blanco
tuyo maridito es.

Mucho te he querido antes
pero más te voy a querer,
porque he guardado tu honra
como una bella mujer.

Se besaron, se abrazaron,
se volvieron a besar
y aquí termina la historia
de aquella bella mujer.

LAS TRES CAUTIVAS

A la verde verde,
a la verde oliva,
donde cautivaron / BIS
a las tres cautivas. /

La mayor Constanza,
la menor Lucía
y la más pequeña / BIS
llaman Rosalía. /

Una vez que fue
a la fuente fría
se encontró un anciano / BIS
que de ella bebía. /

¿Qué hace usted buen viejo
en la fuente fría?
Estoy esperando / BIS
a mis tres cautivas. /

¿Cómo se llaman
esas tres cautivas?
La mayor Constanza,
la menor Lucía
y la más pequeña
llaman Rosalía.

Padre, usted es mi padre,
y yo soy su hija,
voy a darle parte / BIS
a mis hermanitas. /

Ya sabes Constanza,
ya sabes Lucía
que he visto a padre / BIS
en la fuente fría. /

Y las tres cautivas
se abrazaron…