sábado, 25 de agosto de 2007

EN VALENCIA UN VALENCIANO

En Valencia un valenciano
siete hijos le dio Dios,
tuvo la mala suerte
que ninguna fue varón.

Y la más pequeñita
le tiró la inclinación
de ir a servir al rey
vestidita de varón.

El padre decía
no vayas hijita no
que te van a conocer,
tienes el pelo muy largo
y dirán que eres mujer.

El padre le decía
no vayas hijita no,
tienes el pecho muy alto
y dirán que eres mujer.

Padre cómo me llamaré yo.
Don Marcos de los ojos negros
así me llamaba yo.

Padre no me pongas pegas
que al frente yo iré,
dentro de la guerrera
el pecho ocultaré.

Siete años estuvo en batalla
y nadie la conoció,
un día al bajar del caballo
el caballo la pisó.

Por decir yo pecador
dijo pecadora yo,
el rey que estaba al lao
estas palabras le oyó.

Se marchó a palacio
y a su madre le contó,
vengo rendido de hambre,
vengo rendido de amor,
don Marcos de los ojos negros
es hembra que no es varón.

Invítalo hijo mío
a tus tiendas a comprar,
siendo una mujer
la seda le ha de gustar.

Yo me tiro a una rosa
y ella se tira a un puñal.
Vengo rendido de hambre,
vengo rendido de amor,
don Marcos de los ojos negros
es hembra que no es varón.

Invítalo hijo mío
a tus jardines a pasear,
siendo mujer
las flores le han de gustar.

Yo me tiro a una rosa
y ella a un cañaveral.
Vengo rendido de hambre,
vengo rendido de amor,
don Marcos de los ojos negros
es hembra que no es varón.

Invítalo hijo mío
a tu barca a nadar,
siendo una mujer
no se querrá desnudar.

Todos se tiran al agua
y ella se queda a pensar,
maldita sea mi suerte,
maldita sea yo.

No maldigas tu suerte
que esa es la que busco yo,
le ha quitado la guerrera
y también el pantalón
y la ha vestido de seda
y a palacio la llevó
y a los dos o tres meses
y con ella se casó.

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