Argarina se paseaba
por una sala cuadrada
con gargantilla de oro
y el pelo por la espalda.
¿Qué me mira usté padre?
Hija no te miro nada,
tú has de ser mi mujer
y tu madre la criada.
Eso no lo haría yo
aunque me hicieran tajadas.
Andais mozos y criados
a Argarina encerrarla
en el cuarto más oscuro
que en este palacio haya.
Y si pide de comer
carne de perro salada
y si pide de beber
agua de caldo retama
y si pide de dormir
un colchón de abulagas.
Madre si es usted mi madre
déme una gota de agua
que el corazón se me apaga
y la vida me se acaba.
Andad mozos y criados
Argarina dadle agua
y el que llegue primero
con Argarina se casa.
Unos con jarras de oro
otros con jarras de plata
por pronto que llegaron
la encontraron amortajada,
vestida de blanco
y perlas que la arrodeaban
y en los pies tenía
una pila de plata.
sábado, 25 de agosto de 2007
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